Lomo de cerdo al vino blanco

Preparar lomo de cerdo al vino blanco puede llevar un poco de tiempo en la cocina, pero es ideal para una comida especial. Se trata de un plato consistente, que puede hacerse con antelación y calentarse en el horno al momento de servir.

El secreto de esta receta se encuentra en el marinado del lomo. Para ello se necesita un poco de planificación, que permita darle el tiempo suficiente al macerado. Los ingredientes necesarios para la elaboración de este lomo de cerdo al vino son muy fáciles de encontrar.

Ingredientes:

Cómo preparar lomo de cerdo al vino blanco:

1. Quitar el exceso de grasa que tenga el lomo. Frotar con el limón, lavar y secar.
2. Aparte preparar el aliño para macerar el lomo. Mezclar la cebolla, el ajo, el laurel, el romero, el vino, la sal y la pimienta. Colocar el lomo en un recipiente y untarlo con el aliño. Dejar reposar durante tres horas.
3. Pasado este tiempo, escurrir el exceso de aliño, enrollar y atar bien la carne.
4. En una cacerola de fondo grueso con tapa, colocar la mantequilla y el aceite. Cuando están bien calientes agregar la cebolla en rodajas hasta dorarlas. Después sacarlas de la cacerola y, en esa grasa y a fuego muy alto, sellar cada lado del lomo. Debe dorarse toda la superficie.
5. Una vez sellado, agregar en la cacerola la cebolla dorada y el aliño usado para macerar. Además, añadir el resto del vino y las especias. Tapar y cocinar a fuego suave durante 1 hora y media, aproximadamente. Cada cierto tiempo dar vuelta al lomo.
6. Cuando esté listo, retirar del fuego y dejar reposar. Sacar el lomo de la cacerola y eliminar el exceso de grasa de la salsa.
7. Pasar la salsa por la licuadora o batidora y colarla. Si es necesario se puede desgrasar la cacerola con caldo y luego licuar. Una vez colada la salsa, ponerla al fuego. Agregar la crema de leche y rectificar la sal y el punto de espesor.
8. Cortar el lomo en filetes y servir bañado con la salsa.

Esta apetitosa receta de lomo de cerdo al vino blanco puede acompañarse con patatas hervidas o en puré. Si se quiere ser un poco más atrevido, se puede preparar con un puré de boniato y jengibre como acompañante. En cualquier caso, se trata de un delicioso plato.